Elvira Fernández Giráldez
Vicepresidenta 2a de la Fundación Renal Jaume Arnó
Catedrática Emérita de Medicina de la UdL

El Bus de la salut (“BUS”), es una unidad móvil adaptada para llevar a cabo una actividad en el ámbito de salud con dos vertientes:

1. Asistencial: basada en la detección precoz de enfermedades crónicas muy prevalentes en la población y no diagnosticadas hasta el momento de su visita al “Bus”: ateromatosis, enfermedad renal, diabetes, enfermedad respiratoria…

2. De investigación: denominada “proyecto Ilervas” en que se plantea conseguir un modelo de medicina personalizada en prevención, integrando en una misma plataforma informática los datos de estilos de vida, bioquímicos, de imagen, espirometría, medioambientales, etc. Además, se recogen muestras de sangre (previo consentimiento informado) para custodiar en el biobanco, lo que permitirá añadir análisis del genoma y metabolómica. También el impacto externo (exosoma) de exposición individual a contaminación, pólenes y clima. Todo ello se analizará con técnicas de computación avanzada (matching learning, entre otras).

La Unidad Móvil consta del autobús adaptado y una roulotte dónde se hacen las pruebas diagnósticas. Una pequeña furgoneta transporta al personal y la “parada del Bus” desmontable a cada municipio. Tal como puede verse en la página web, el espacio del autobús reúne la tecnología más avanzada para lograr los objetivos de prevención e investigación planteados.

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¿Por qué está justificado llevar a cabo este modelo de prevención?

La tendencia en los cambios demográficos con un incremento del segmento poblacional de edades avanzadas comporta un aumento de las patologías crónicas. Por ello, el reto en salud de la OMS y los planes estratégicos en salud de Catalunya y de los países de nuestro entorno plantean acciones innovadoras para conseguir un envejecimiento activo y saludable.

El modelo sanitario actual ha volcado más recursos en la atención hospitalaria, logrando elevadas cotas de supervivencia en eventos cardiovasculares y enfermedades crónicas. Los grandes avances tecnológicos y en ingeniería biomédica han hecho posible escenarios esperanzadores donde, entre otras patologías, el índice de supervivencia tras un infarto de miocardio o ictus ha mejorado sustancialmente y donde las nuevas técnicas de diálisis y el avance constante en inmunosupresores en el trasplante han mejorado la calidad de vida y la supervivencia de los pacientes con enfermedad renal crónica.

Sin embargo, ha sido menor la atención prestada a la prevención. Existen múltiples barreras de organización, económicas e incluso culturales para implantar estos programas en nuestra realidad socio-sanitaria.

¿Qué hicimos para llevar acabo un modelo innovador que diera respuesta a la situación planteada?

Partiendo de estas premisas, nos planteamos poner en práctica un modelo de prevención, con una batería de pruebas diagnósticas que abarcara las enfermedades crónicas más prevalentes: ateromatosis, enfermedad renal, diabetes, enfermedad respiratoria.

Además, para alcanzar la equidad, premisa indispensable en nuestro modelo de salud, debía ser accesible a toda la población independientemente de su localización geográfica.

Para llevarlo a cabo ideamos desplazarnos en una unidad móvil: el “BUS”. Este proyecto no se hubiera hecho realidad sin la sensibilidad mostrada por la Diputación de Lleida, que decidió esponsorizarlo, iniciando su actividad en enero del 2015.

Establecimos, desde el inicio, la conexión a la historia informatizada de la Atención Primaria para informar de nuestros hallazgos a los médicos de familia de los individuos que estudiábamos. La interacción con los profesionales de la Atención Primaria (AP) es indispensable y de su coordinación se ha encargado de manera entusiasta y eficaz la Sra. Cristina Farràs, enfermera de AP de Lleida.

Los datos generados en el “BUS”, las muestras biológicas y los procedentes de la historia clínica de la AP constituyen una gran base de datos. Además, tal como se está evidenciando en los últimos años, están emergiendo otros factores de riesgo de enfermedad como el clima y la situación socioeconómica que nos proponemos analizar de manera integrada con el resto de la información recogida. Para fomentar la rentabilidad científica constituimos un Comité Científico con investigadores del Institut de Recerca Biomédica de Lleida pertenecientes a diferentes grupos de investigación. Todo ello constituye un patrimonio científico enormemente valioso que debemos poner en valor.

¿En qué momento del desarrollo del proyecto nos encontramos?

En diciembre del 2018, final de la primera etapa de inclusión de pacientes, el BUS tenía 4 años y había recorrido 48 municipios de la provincia de Lleida, acercando a todo el territorio la posibilidad de realizar detección precoz de las enfermedades crónicas mencionadas al inicio, con tecnología y expertos que habitualmente solo están disponibles en hospitales. Por él han pasado hasta esta fecha más de 8.000 individuos.

La segunda etapa (desde enero del 2109 hasta diciembre del 2022) está dirigida a monitorizar la evolución de las enfermedades detectadas y continuar la detección de las de nueva aparición. A los 10 años de su paso por el “BUS”, se hará el seguimiento de los ingresos hospitalarios y la mortalidad, identificando las causas.

¿Cuáles han sido los resultados en prevención durante la primera etapa?

Los hallazgos más relevantes han sido los diagnósticos de enfermedades “ocultas” muy prevalentes y de elevada morbimortalidad: enfermedad vascular ateromatosa en 3.300 individuos; enfermedad renal crónica en 850 individuos; prediabetes/diabetes en 1.251 individuos.

¿Cuáles han sido los resultados en investigación?

El CCI ha aprobado un total de 15 proyectos de investigación que están mayoritariamente en fase de desarrollo. De ellos se han concedido dos ayudas del FIS del Instituto de Salud Carlos III. Constan 8 artículos publicados en revistas indexadas.

¿Qué esperamos conseguir?

Beneficios en salud e, inevitablemente, lo que es eficaz en prevención siempre conlleva un beneficio económico.

Las enfermedades crónicas que analizamos no solo tienen riesgo de ingreso o muerte, también un coste en calidad de vida del individuo y de su entorno.

Queremos mostrar y demostrar con evidencia científica que el conocimiento temprano de la existencia de dichas patologías impactará en la calidad y cantidad de vida de los individuos analizados y beneficiará también a su entorno familiar y laboral.

Una sociedad envejecida y precaria en recursos tiene la obligación de innovar para prevenir la enfermedad y hacer realidad el objetivo de la OMS: conseguir un envejecimiento activo y saludable.