El Regalo

Ahora hará dos años que recibí “UN REGALO” y lo escribo con mayúsculas. La verdad es que no tengo palabras para describir lo que siento. Todavía después de 10 años negándome a recibir el riñón de mi gemela, siento cierto remordimiento porque siempre he creído que no me lo merecía, ya que, menguaba la salud de la persona que más quiero y porque no podría en la vida agradecer lo suficiente este “REGALO”, dado con tanto amor. Y tengo que decir que ella, desde el primer momento que afrontamos la decisión, no lo dudó. Estuvo a mi lado incondicionalmente; realmente esto es verdadera estima.
Somos como dos gotas de agua, una no sabe vivir sin la otra y ahora más que nunca, compartimos no solo pensamientos, si no también una parte del cuerpo.
Decidme, ¿cómo se puede agradecer un hecho como éste?
Ahora os explico que hago para cuidar “mis riñones”:
Primero estudié en detalle las funciones que realizan, ahora sé que filtran todas las toxinas del cuerpo, mantienen el equilibrio químico de la sangre, producen hormonas…
Segundo, me tomé al pie de la letra todos los consejos de mi doctora y los de la dietista.
Tercero, mantengo un peso equilibrado, que no se fácil, después de haber llevado una dieta severa durante diez años. Ahora, puedo comer de todo y para mí es un placer saborear todo aquello que tenía prohibido.
Evito al máximo la sal, el azúcar y sobre todo los alimentos procesados como embutidos, patatas fritas de bolsa, dulces de los supers… como mucho son de pastelería. Y no me olvido de tener una botella de agua (Bezoya) para saber la cantidad que bebo durante el día, nunca me han gustado las bebidas dulces, esto ha sido una suerte.
Me acostumbré a comer pequeñas porciones de proteínas, 100 g. Cuando iba a los restaurantes no me querían servir 100 g de carne, tenía que compartir el plato…
Evito al máximo los fritos, además se que no me sienten bien.
En cuanto a las frutas, ahora es todo un placer no tener que contarlas; soy una apasionada, además soy de Lleida, la tierra de la fruta dulce. Manzanas de todo tipo (cruda, hervida, al horno, al microondas), peras, sandías, piñas, naranjas, mandarinas, higos, moras, granadas…
En cuanto a las verduras, a parte del pimiento rojo y los ajos, que no me gustan mucho, desde que no las tengo que poner a remojo para reducir el potasio, tomo tantas como puedo.
Ahhh!!! Y me olvidaba del ejercicio físico, como ahora me canso menos, ando todo el que puedo. Y sigo haciendo yoga que para mí fue un ejercicio perfecto durante todo el proceso.
Hasta aquí mi experiencia.

Adelante, la vida es importante.

Cesca Lacasa Falcó