Trasplante. Adoptar un Riñón.
…sostenía que no había que intentarse la curación de unos ojos sin la cabeza y la cabeza sin el resto del cuerpo; así como tampoco del cuerpo, sin el alma.
Esta sería la causa de que se les escapasen muchas enfermedades a los médicos griegos: se despreocupaban del conjunto, cuando es esto lo que más cuidados requiere, y si ese conjunto no iba bien, era imposible que lo fueran sus partes.
Diálogos de Platón
Para que se pueda dar un trasplante, suceden cuatro momentos diacrónicos. En primer lugar, la pérdida del riñón propio la cual suele ser progresiva. En segundo lugar, conseguir el órgano de un donante. En tercer lugar, la operación médica y para finalizar, la compatibilidad o éxito de la operación de trasplante.
Si se tratase de un ejercicio de piezas como el popular juego del playmobil, el éxito estaría asegurado. Pero, ¿qué sucede en un proceso de transplante?
La dieta, la vida sexual, los medicamentos, las infecciones después de la operación… son referentes a tener muy en cuenta después la operación. No obstante, puede no ser suficiente si no se consigue adoptar simbólicamente el riñón, el cual debe pasar de ser ajeno a propio.
Desde las culturas más ancestrales, se planteó la irreversible conexión entre mente y cuerpo.
Desde el psicoanálisis se marca una diferencia entre organismo y cuerpo[1].
Jacques Lacan afirmaba que no se nace con un cuerpo, el cuerpo de hace[2]. Es decir, el cuerpo es un resultado de una construcción llena de interacciones entre el lenguaje que le da forma, la imagen que recubre este cuerpo, vemos en el espejo y reconocemos como nuestra, y las sensaciones que a través de él, nos afectan.
Un transplante incide directamente en el cuerpo en el cual suceden pérdidas, cambios. Tanto en las pérdidas como en los cambios, nos suele emerger la angustia.
¿Qué es lo que desde la atención psicológica podemos constatar?[3] Si no se elaboran, trabajan y transforman las angustias a través de la palabra, existe un mayor riesgo de que estas angustias se localicen en el órgano afectado provocando una escisión entre mente y cuerpo.
Es decir, si no se habla de la sensación de angustia y lo que la rodea (preocupación por si no va bien, sentimientos de ambivalencia con el donante, expectativas muy deseadas, etc), será más difícil que nuestro cuerpo ofrezca un lugar al riñón, y éste sólo quede en el organismo.
La función de la terapia en estos casos, es la de facilitar el traslado de lo orgánico a lo psíquico haciendo propio lo que era de otro.
[1] La medicina trabaja con el organismo. En cambio, la psicología está más interesada en el cuerpo.
[2] Lacan, Jacques. (1977) “Psiconálisis, radiofonía y televisión”. Editorial Anagrama, Barcelona.
[3] Rotenberg, Eva. (2010) “El psicoanálisis en la problemática del Transplante de órganos en niños y adolescentes”. Bogotá: Federación Psicoanalítica de América Latina.
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