HISTORIAS CON CARA Y OJOS. SILVIA MITRICA
Carta de agradecimiento de Silvia a la Fundación.
Mi historia comienza en Rumanía, país comunitario. Hacía 17 años que tenía que hacer diálisis. Día sí día no, me pinchaban el brazo para limpiarme la sangre. Ahora tengo 51 años. Todo cambió cuando tuve la oportunidad de venir a vivir a Lleida con una família de aquí, para intentar tener una mejor calidad de vida, pero no lo habría conseguido sin el apoyo de la Fundación Renal Jaume Arnó. Mi familia “adoptiva” se puso en contacto y ellos se ocuparon de todos los trámites. En Rumania me decían que era imposible acceder a un trasplante renal, allí si no tienes mucho dinero no puedes acceder a este tipo de medicina tan sofisticada. En cambio en Cataluña lo podíamos intentar. La Fundación nos animó y lo gestionó todo. No hace falta que os diga que la oposición de la sanidad rumana fue total y directa, ya que el gobierno rumano debía hacerse cargo de mis gastos aquí. Nos pusieron todos los obstáculos posibles, pero gracias a la tenacidad de todos, finalmente lo conseguimos y el día 1 de agosto de 2015 llegaba a Lleida. Aquí la Fundación ya había contactado con los médicos que debían atenderme y me gestionaron el turno de diálisis así como toda la documentación administrativa que necesitaba. Gracias a su optimismo y su fuerza, siempre presente, en mayo de 2016 entré en la lista de espera para un trasplante y el 23 de noviembre del mismo año un donante fue compatible conmigo, y gracias a él, hoy puedo disfrutar de una vida plenamente normal. ¿Se pueden imaginar que ahora puedo hacer pis?¿ Que puedo beber tanta agua como quiera? ¿Que ahora soy libre de irme una semana fuera sin que tenga que volver al día siguiente para engancharme 5 horas a una máquina? ¿Se pueden imaginar que mi brazo no sufre las agresiones que día tras día sufría con los pinchazos? Creo que nadie se lo puede imaginar, a menos que esté cerca de un enfermo renal en diálisis. La Fundación Renal Jaume Arnó lleva a cabo una tarea que nadie ve, ya que te acogen, te animan, te responden las dudas, los miedos. Allí está Ignacio Gracia, que es el modelo de optimismo y fuerza por excelencia. También Cristina, que incansablemente te ayuda y, ni que decir tiene, Jaume, que gracias a su experiencia se sensibilizó con el resto de enfermos que como él, han tenido que hacer diálisis y necesitan ayuda. Y así creó una Fundación destinada a todos nosotros. Agradezco también la tarea que hacen de prevención de las enfermedades y como conciencian a la población de lo que se puede hacer para no sufrir esta enfermedad tan grave! Y agradezco a la sanidad catalana su nivel, como trabajan con la Fundación, cómo se coordinan y llevan a cabo acciones conjuntas, con una sensibilidad extraordinaria para conseguir el bienestar de todos! Gracias por haberme devuelto la vida! Gracias Fundación Renal! No cambiéis nunca!
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