¿Cuando la enfermedad crónica nos representa, nos tenemos que reb/velar?
Jacques Lacan plantea que toda demanda es demanda de amor.
Hablar es un índice que hay una falta en el ser. Si fuéramos esa naranja o limón completo del que socialmente se refiere, en un primer lugar, no nos moveríamos de la cama porque nada nos haría falta.
Cuando uno habla, se dirije a un otro (aunque uno piense que habla solo, nunca es así, nos imaginamos que le hablamos a nuestro yo ideal, a nuestro amor, Dios, madre, etc.).
De este modo, uno habla porque está en falta y busca en el otro a quien le dirije su demanda, que lo complete. Es por eso que referimos a la demanda de amor.
¿Cómo podemos enlazar este análisis del funcionamiento estructural humano con una enfermedad crónica? Un elemento podría ser la necesidad de amor, como en todos los seres hablantes, pero en este caso, en ocasiones, pasiva.
En la Universidad del Caribe, se realizó un estudio llamado “Características psicodinámicas de duelo en pacientes con insuficiencia renal terminal” donde plantean cómo la enfermedad física puede aliviar el malestar psicológico llegando a un punto de confusión, donde la demanda del enfermo hacia el personal sanitario ya no es de curación, sino de goce. Gozar de ser un objeto amado, cuidado, atendido, escuchado.
El pensamiento humano se caracteriza por ser esférico. Este aspecto es el que nos inercia a plantear la desobediencia del paciente en un binomio entre información o estar afectado por la ignorancia: “¿pero qué no sabe X lo que le va a pasar si bebe tanto líquido entre diálisis?”. E insistimos en explicárselo para ver si lo entiende.
La problemática es que inconscientemente y a veces incluso conscientemente, el paciente lo sabe. Somos seres dominados por la sinrazón.
Pero, ¿por qué aún y la información que se le ofrece, parece que el paciente no asume las consecuencias letales de su comportamiento?
Podemos valorarlo desde la aparición de resistencias pero también de cómo la información que viene de un otro puede obturar la rev/belación de la propia.
Sobre qué aspectos sería interesante tal rev/belación? El artículo de Gallo, E. (2002) “Cuerpo y enfermedad” nos propone cuatro:
- Su conducta ante la vida
- El uso que hace de la enfermedad
- Los sufrimientos psíquicos que su enfermedad le causa
- La forma en que se defiende y adapta, y cómo se representa psíquicamente el órgano afectado con lo que ello conlleva.
En algunos casos encontramos como la enfermedad funciona como carta de presentación. La dificultad no es en educar respecto a su enfermedad, sinó en cómo descentrar su ser de la identificación inconsciente y así diferenciar entre ser portador de una enfermedad (“tengo enfermedad renal”) a la identificación inconsciente a la nomenclatura (“soy enfermo renal”).
1 Rebelar: Del lat. rebellāre. 1. tr. Sublevar, levantar a alguien haciendo que falte a la obediencia debida. U. m. c. prnl. 2. prnl. Oponer resistencia.
Revelar: 1. tr. Descubrir o manifestar lo ignorado o secreto. U. t. c. prnl. 2. tr. Proporcionar indicios o certidumbre de algo. 4. tr. Dicho de Dios: Manifestar a los hombres lo futuro u oculto.
De qué trataría, pues, rev/belarse en la enfermedad? De llegar a conquistar un saber hacer con la propia falta sin el requisito, por efecto, de un malestar tan dominante.
Esther Jiménez (Psicóloga)
Bibliografia
Gallo, E. (2002). Cuerpo y enfermedad: Una aproximación psicoanalítica. Desde el jardín de Freud [Número 2, Bogotá, 2002].
Herrera, K., Nobles, L. & Acuña, E. (2011). Características psicodinámicas de duelo en pacientes con insuficiencia renal terminal. Psicología desde el Caribe. Universidad del Norte. Nº28: 197-218.
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