Pilar Solanes.

Pilar Solanes, con su característica sonrisa, nos explica cómo ha vivido la enfermedad renal.

Tenía 18 años cuando la diagnosticaron. Hacía prácticas de enfermería y le dijo a la monja con la que trabajaba que se le hinchaban mucho las piernas. Sor Beneranda no se lo pensó dos veces, envió a Pilar a hacerse análisis y los resultados fueron definitivos. Ella no lo supo en aquel momento pero los médicos dijeron a sus padres que viviría unos seis meses. Pasó un año y Pilar encontró una carta  que su padre había escrito a su jefe diciéndole que se ausentaría del trabajo porque a su hija le habían dado seis meses de vida. Ella, a medio camino entre el rechazo y un férreo optimismo, pensó que morir no entraba en sus planes. ¡Se sentía tan llena de vida! Y con esta actitud ha afrontado la enfermedad desde entonces.

“NUNCA HE QUERIDO SER UNA ENFERMA”

Y comprobamos, que Pilar no malvive por la enfermedad sino que convive con ella. Nos cuenta que lleva una vida normal aunque ha vuelto recientemente a diálisis. Se cuida, por supuesto, pero sin obsesionarse. Conoce sus límites y lo que lleva peor es tener que pedir ayuda y que las fuerzas físicas no siempre acompañan a su mente. “Mi mejor medicina”, nos cuenta, “es mi nieta”. María, que ahora tiene siete años, pasa mucho tiempo con Pilar y la lleva de aquí para allá ajena a la enfermedad.

Los mejores tiempos para Pilar y los suyos fueron los veinte años que estuvo trasplantada. Recuerda aquella llamada en plena noche con todo detalle. Ese mismo día había estado hablando con su Doctor de Vall d’Hebron y le había dicho que estuviera tranquila que en cualquier momento la podían llamar, pero que convenía esperar y ser pacientes. Aquel 28 de diciembre a las tres de la madrugada recibió la noticia: ¡Había un riñón para ella! Pilar no podía creerlo, incluso pensó que se trataba de una inocentada. Pero no, al día siguiente despertó con un nuevo riñón y nuevas esperanzas.

Es por eso que su deseo es volver a estar en lista de espera, ya que ha superado con éxito un problema oncológico. Nosotros también lo deseamos, para que su sonrisa nos siga recordando que la Actitud lo es todo.